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la fiesta
29.05.2012 23:40.No es fácil empezar, después de leer mi historia lo entenderán. Vivía en una pequeña casa, aislada de la ciudad, ya que por la enfermedad de mi madre nos tuvimos que mudar aquí, mi mamá tenía pánico a la gente y se alteraba demasiado.
En mi casa somos tres, mi madre, mi medio hermano y yo, mi papá murió cuando yo tenía sólo siete años.
Como decía, la casa es pequeña, pero tenebrosa, y mis compañeros de curso lo sabían, por eso insistieron celebrar aquí la fiesta de halloween, a lo cual accedí.
Llegó el día, todos mis amigos y yo estábamos en mi casa, pero en mitad de la fiesta a alguien se le ocurrió proponer:
- Juguemos a la ouija. Todos aceptaron.
Lo preparamos todo minuciosamente, hasta el último de los detalles, ocupamos nuestros puestos y comenzamos la invocación. Increíblemente el testigo respondió inmediatamente a nuestra llamada, se habían cumplido nuestras expectativas. Pero de repente una extraña sensación llegó a mi ser, se escuchaban gritos en la segunda planta, un frío penetró de golpe las almas de todos los presentes y una ráfaga de viento abrió bruscamente las ventanas, todos quedamos impasibles. ¿Qué estaba pasando?, al fin reaccionamos y algunos empezaron a gritar, otros reaccionaron riéndose, como si quisieran creer que todo era una broma. Pero no, en mi casa nunca habían pasado cosas así.
Pasados unos segundos, el silencio volvió y los ánimos se iban calmando, pero de pronto uno de nuestros compañeros rompió el silencio, estaba pronunciando palabras que ninguno de nosotros podía entender, parecía que hablaba en latín. Algunos empezaron a reír y otros no lo soportaban más, querían que se callase, pero el no paraba, los ánimos se caldearon de nuevo y una amiga empezó a pelearse brutalmente con un compañero.
El panorama era dantesco, unos reían como endemoniados otros gritaban, se peleaban y varios cayeron desmallados, era horroroso e insoportable.
Por fin llegó un momento de calma, pero no duro mucho, una nueva oleada de cólera descontrolada invadió a los allí presentes, los gritos aumentaron, ya no se podía más, era horrible, la sangre salpicaba las paredes, el testigo de la ouija se movía solo, pero de forma controlada, pude leer:
- Fue un gran error…
A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en aquella sala, yo intentaba mantenerme tranquila y razonable, pero no aguante mucho, el tablero empezó a temblar bruscamente y de el salió un resplandor, allí pude ver a mi padre, él estaba provocando todo esto, ahora sabía lo que estaba ocurriendo, habíamos abierto la puerta, y él no se iba a peder tan esperada cita por nada del mundo, buscaba venganza…Pero…¿Por qué?.
Reaccioné inmediatamente y subí las escaleras de tres en tres, tenía que encontrar a mi madre, pero al llegar al segundo piso la encontré muerta, y mi hermano yacía muerto a su lado. ¿Por qué los mató?...
Poco después encontré el diario de mi madre, allí encontré todas las respuestas. Mi madre lo había asesinado, junto con el papá de mi medio hermano, mi padre había cumplido su amenaza…
Ahora entiendo los gritos, eran ellos, de un día a otro mi familia y mis amigos habían desparecido para siempre. Nunca olvidaré aquel halloween.
una noche en una carpa(TIENDA)
29.05.2012 19:30
Hace unos años una amiga mía, que es una fotógrafa por naturaleza y con mucho futuro, decidió pasar un día y la noche sola en los bosques fuera de nuestra ciudad. Ella quiso conseguir las fotos de los bosques y la fauna tan naturalmente como ella podría para su portfolio. No tuvo miedo de estar sola, porque ya había acampado por su cuenta muchas veces antes. Estableció una tienda en medio de un pequeño claro y pasó el día tomando fotos. Se llenó cuatro rollos de la película por aquel viaje, pero algo era extraño sobre ellos. Lo que vio en aquellas fotografías se ha quedado con ella desde entonces, y todavía trata de reponerse del trauma le han causado.
Casi todas las imágenes fueron normales, salvo una imagen en cada rollo de la película. Estas fotos eran de ella, dormida en su tienda en medio de la noche.
esa voz en la radio
29.05.2012 19:20
Esta historia que voy a contarles me sucedió a mí personalmente, hace ya unos años. Todo es real, todo lo que cuento pasó realmente… Ya es cosa de ustedes si me creen o no.
En aquella época, yo tenía algunos problemas de insomnio. Me costaba dormir por las noches, coger el sueño sobre todo. Me despertaba en mitad de la madrugada y ya no podía volver a dormirme. Si alguno de ustedes ha pasado por eso, me entenderá. Es una sensación de impotencia total, el querer dormirte para descansar y no poder, dar vueltas y vueltas en la cama…
Ante ese panorama, decidí que a lo mejor, escuchando algún aburrido programa de radio, podría conciliar el sueño de una vez por todas. Así que cada noche me acostaba con mi pequeño transistor, sin ni siquiera auriculares, colocando el aparato justo al lado de mi cabeza, en la almohada. Escuchaba programas diversos, de deportes, de humor, de debate… El caso es que al final, en vez de aburrirme, me divertía con aquellos programas, les fui cogiendo gusto.
Mi problema de sueño seguía, y aunque ahora estaba algo más entretenido por las noches, no podía seguir sin dormir, porque el cansancio acumulado ya empezaba a afectarme gravemente en mis estudios e incluso en las relaciones con mis amigos y familiares. Así que decidí pasar de esos entretenidos programas, y busqué algo más tranquilo, algo relajante, que de verdad me diera ganas de dormir. Y lo encontré…
En una emisora que no se cogía del todo bien, con algo de ruido, encontré un programa que empezaba a medianoche, un programa algo extraño… Se basaba en poner músicas relajantes, con sonidos de la naturaleza, acompañadas de cuando en cuando por una voz, una voz de mujer muy atrayente, que contaba historias como si fuese una madre que quiere dormir a su hijo. No sé cómo, pero al poco de escuchar ese programa, yo ya estaba dormido como un tronco. Al día siguiente igual, y al otro, y al otro. Por fin había encontrado mi terapia ideal para conciliar el sueño. Las tranquilas melodías que sonaban en aquel programa y aquella voz tan melosa y adormecedora me servía de arrullo para dormir cada noche a pierna suelta.
No recuerdo exactamente cuanto llevaba escuchando el programa. Lo que si recuerdo es que era una noche de Domingo. Al día siguiente tenía un examen a primera hora, e intenté acostarme temprano para estar lo más despierto posible. Sin embargo, llegó la medianoche, y seguía dando vueltas en la cama, así que decidí poner la radio y escuchar aquel programa, seguro de que con su ayuda conseguiría caer en los brazos de Morfeo.
Como tenía la emisora ya cogida de los días anteriores, solo tuve que encender la radio para escuchar aquella voz tan enigmática e intrigante. Seguía siendo la misma, pero hoy tenía un matiz diferente. Como más oscuro… La música, igualmente, parecía sacada de una película de terror. La historia que contaba aquella voz no era ni por asomo parecida a las otras. Era algo mucho más oscuro y desquiciante, la historia de una mujer que se volvía loca y comenzaba a matar a todos los que se lo ponían por delante.
La voz iba mimetizándose con la historia, hasta tomar un tono también de cierta locura, que me provocaba inquietud, y la música no ayudaba demasiado a que pudiese dormirme. Esta empezando a asustarme de verdad, por lo que decidí apagar la radio. Pero justo cuando iba a hacerlo, la voz gritó, de forma escalofriante.
- ¡¡NOO!! No lo hagas. No apagues la radio. Ahora no…
Aquello me dejó helado. Era absurdo, pero parecía que aquella voz se refería a mí… que me estaba hablando directamente a mí. Y me pedía que no apagase la radio…
- Te he acompañado muchas noches. He sido como una madre para ti. Te he arropado, te he cantado y contado cuentos para que te durmieras feliz. Ahora no puedes terminar con esto así… Debes acabar de escuchar la historia.
Estaba paralizado por el terror. Ahora ya no había dudas, aquella voz me estaba hablando a mí. No sabía que hacer, y aunque lo hubiese sabido, seguramente no habría podido hacer nada. Estaba totalmente congelado de puro miedo.
- ¿Acaso no te gusta la historia de hoy? Es una historia diferente, sí, algo más… oscura. Pero es muy bonita, en el fondo. Y tiene un final feliz. Al final, la mujer se queda libre y tranquila, después de haber acabado con todos los que le hicieron daño alguna vez… Fue juzgada y murió después de una larga condena en la cárcel. Pero murió tranquila y satisfecha. Y lo sé porque aquella mujer soy yo.
No lo podía creer. Si aquello era cierto, ¿había estado escuchando la voz de una asesina durante todo ese tiempo? ¿La voz de una muerta? ¿Qué quería ahora de mí?
- Eres el único que nos escucha todos los días. Siempre estás ahí. Y te lo queremos agradecer… Queremos hacerte una visita, una visita amistosa… Y proponerte que tú también te unas a este programa… que te vengas aquí a hablar conmigo, para que podamos conocernos, y tu puedas ser el nuevo locutor del programa…
Aquello me sobrepasaba. Estaba sudando y casi no podía ni respirar. ¿Aquella supuesta voz era la de una asesina que había muerto, y ahora quería llevarme a mí con ella? No sé cómo encontré el valor suficiente para agarrar el pequeño transistor y lanzarlo contra la pared, donde se estrelló y se hizo añicos. En ese momento todo cesó. La voz, la música… Todo estaba en calma. Pero aquella noche no pude dormir, ni a la siguiente, ni a la otra.
Solo con el tiempo he conseguido volver a conciliar el sueño de una manera más o menos normal. Pero desde entonces no he podido volver a escuchar la radio. Le tengo auténtico pánico. Y aún hoy, años después de aquello, todavía me parece escuchar esa misteriosa voz, como de lejos, mientras doy vueltas en la cama intentando dormir…
la fiesta (the party)
29.05.2012 19:16
No es fácil empezar, después de leer mi historia lo entenderán. Vivía en una pequeña casa, aislada de la ciudad, ya que por la enfermedad de mi madre nos tuvimos que mudar aquí, mi mamá tenía pánico a la gente y se alteraba demasiado.
En mi casa somos tres, mi madre, mi medio hermano y yo, mi papá murió cuando yo tenía sólo siete años.
Como decía, la casa es pequeña, pero tenebrosa, y mis compañeros de curso lo sabían, por eso insistieron celebrar aquí la fiesta de halloween, a lo cual accedí.
Llegó el día, todos mis amigos y yo estábamos en mi casa, pero en mitad de la fiesta a alguien se le ocurrió proponer:
- Juguemos a la ouija. Todos aceptaron.
Lo preparamos todo minuciosamente, hasta el último de los detalles, ocupamos nuestros puestos y comenzamos la invocación. Increíblemente el testigo respondió inmediatamente a nuestra llamada, se habían cumplido nuestras expectativas. Pero de repente una extraña sensación llegó a mi ser, se escuchaban gritos en la segunda planta, un frío penetró de golpe las almas de todos los presentes y una ráfaga de viento abrió bruscamente las ventanas, todos quedamos impasibles. ¿Qué estaba pasando?, al fin reaccionamos y algunos empezaron a gritar, otros reaccionaron riéndose, como si quisieran creer que todo era una broma. Pero no, en mi casa nunca habían pasado cosas así.
Pasados unos segundos, el silencio volvió y los ánimos se iban calmando, pero de pronto uno de nuestros compañeros rompió el silencio, estaba pronunciando palabras que ninguno de nosotros podía entender, parecía que hablaba en latín. Algunos empezaron a reír y otros no lo soportaban más, querían que se callase, pero el no paraba, los ánimos se caldearon de nuevo y una amiga empezó a pelearse brutalmente con un compañero.
El panorama era dantesco, unos reían como endemoniados otros gritaban, se peleaban y varios cayeron desmallados, era horroroso e insoportable.
Por fin llegó un momento de calma, pero no duro mucho, una nueva oleada de cólera descontrolada invadió a los allí presentes, los gritos aumentaron, ya no se podía más, era horrible, la sangre salpicaba las paredes, el testigo de la ouija se movía solo, pero de forma controlada, pude leer:
- Fue un gran error…
A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en aquella sala, yo intentaba mantenerme tranquila y razonable, pero no aguante mucho, el tablero empezó a temblar bruscamente y de el salió un resplandor, allí pude ver a mi padre, él estaba provocando todo esto, ahora sabía lo que estaba ocurriendo, habíamos abierto la puerta, y él no se iba a peder tan esperada cita por nada del mundo, buscaba venganza…Pero…¿Por qué?.
Reaccioné inmediatamente y subí las escaleras de tres en tres, tenía que encontrar a mi madre, pero al llegar al segundo piso la encontré muerta, y mi hermano yacía muerto a su lado. ¿Por qué los mató?...
Poco después encontré el diario de mi madre, allí encontré todas las respuestas. Mi madre lo había asesinado, junto con el papá de mi medio hermano, mi padre había cumplido su amenaza…
Ahora entiendo los gritos, eran ellos, de un día a otro mi familia y mis amigos habían desparecido para siempre. Nunca olvidaré aquel halloween.